Algunos creen que el lujo, cuando se trata de vino, es pedir una botella de Petrus a todo volumen en una pizzería de Forte dei Marmi o descorchar una magnum de Cristal con un sabotaje en el borde de una piscina iluminada. Tenemos opiniones diferentes. Nuestra idea del lujo es verter en una copa y saborear en silencio la esencia de un territorio único en el mundo, trabajado con cuidado y respeto por un artesano dotado de talento y pasión.
Por este motivo, sólo le ofreceremos productos realizados por verdaderos artistas de la tierra y del vino, que Anima Mediterránea ha descubierto y seleccionado uno a uno. Los vimos en sus pequeños tractores, aferrados a un pedazo de tierra con vistas al mar, los encontramos en medio de la nada, resistiendo otra hora de sol para dar otro rayo al racimo más escondido de la viña.
Gracias a ellos podremos garantizarle, a todos los gustos, no sólo un nivel de calidad absoluto, sino también una experiencia compuesta por perfumes auténticos y sabores verdaderos. En resumen, nuestra y su idea de lujo, en dos simples palabras. Y unas gotas -rojas, blancas o rosas- de magia.